Diarrea, estreñimiento o una alternancia entre ambos durante semanas son señales que requieren atención.
Sangre en las heces o heces más oscuras de lo normal
Incluso pequeñas cantidades de sangre pueden indicar inflamación o lesiones internas.
Dolor o calambres abdominales constantes
Molestias que van y vienen, o una presión persistente en la zona baja del abdomen, pueden ser indicadores tempranos.
Sensación de evacuación incompleta
Sentir que el intestino no se vacía completamente después de ir al baño es un signo frecuente en etapas iniciales.
Fatiga extrema sin explicación
La pérdida de sangre interna puede provocar anemia, lo que se traduce en cansancio intenso y debilidad general.
Pérdida de peso sin motivo aparente
Cuando el cuerpo lucha contra un proceso maligno, el metabolismo cambia y puede causar adelgazamiento involuntario.
Gases excesivos o hinchazón persistente
Cambios en la digestión y la inflamación del colon pueden generar molestias que se repiten con el tiempo.
El gran problema del cáncer de colon es que muchos de sus primeros síntomas pasan desapercibidos o se confunden con molestias temporales. Por eso es fundamental escuchar al cuerpo y prestar atención a cualquier cambio que persista por semanas o meses.
La detección temprana aumenta de manera significativa las posibilidades de tratamiento y supervivencia.
Cuida tu salud. Si notas alguno de estos signos de forma recurrente, consulta a un especialista. Tu cuerpo siempre intenta advertirte antes de que sea tarde.