Embutidos, salchichas, tocino, jamón cocido… Estos alimentos prácticos y sabrosos suelen formar parte de nuestros aperitivos o sándwiches diarios. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha dictaminado que las carnes procesadas deben clasificarse como carcinógenos del Grupo 1, al igual que el tabaco o el amianto.
¿Por qué? Estos productos contienen nitritos y nitratos, añadidos como conservantes, que pueden convertirse en nitrosaminas en el organismo. Estos compuestos están estrechamente relacionados con un mayor riesgo de cáncer de colon, especialmente con su consumo regular.
La reacción correcta: limite su consumo de carnes procesadas a comidas ocasionales (si es posible, menos de una vez por semana) y elija sustitutos sin nitritos o proteínas de origen vegetal.